Coronavirus: Regreso a clases presenciales no es seguro, por el momento
El ciclo escolar 2021 comenzó en los colegios con un modelo híbrido, en el que las clases presenciales son parte de la estrategia. Sin embargo, no todos los establecimientos tienen las condiciones para garantizar a los estudiantes un retorno seguro, y esto es un riesgo para que los casos de covid-19 aumenten. Según expertos en salud, primero hay que controlar la pandemia, lo cual se ve lejano.
El sistema de alertas covid-19 que rige para esta semana coloca a 85 municipios del país en naranja y 187 en amarillo, lo que da vía libre para que establecimientos educativos ubicados en estos puntos puedan adoptar la modalidad híbrida para llevar a cabo el ciclo escolar, con clases presenciales y a la distancia.
Mientras que el sector público comenzará en la segunda quincena de febrero, los centros escolares privados ya iniciaron. En Retalhuleu, por ejemplo, que está en la alerta más baja del semáforo -amarilla-, varios colegios decidieron que sus estudiantes iniciaran el año escolar 2021 en las aulas, luego de que estas permanecieran vacías por siete meses a lo largo del ciclo anterior.
En marzo pasado la pandemia llevó a las autoridades del Ministerio de Educación (Mineduc) a tomar la decisión de continuar el aprendizaje de niños y adolescentes a la distancia para prevenir el contagio del nuevo coronavirus entre la comunidad educativa, y así culminó el 2020.
Pero los establecimientos que este año abran las puertas a sus estudiantes deben cumplir con el protocolo sanitario establecido por el Ministerio de Salud, en el que se subraya el aforo permitido en el aula según el color del semáforo epidemiológico en que se encuentre cada municipio, así como la necesidad de ventilación y otras medidas de prevención para garantizar el retorno seguro al centro educativo.
El inconveniente, de acuerdo con le doctora Nancy Sandoval, presidente de la Asociación Guatemalteca de Enfermedades Infecciosas y de la Asociación Centroamericana y del Caribe de Infectología (Acecai), es que no todos los establecimientos tienen las condiciones para cumplir con dichos lineamientos, lo que podría desencadenar una avalancha de contagios de covid-19 para lo cual el Sistema de Salud no está preparado.
Los casos asintomáticos son un riesgo y, según científicos, mientras que entre el 30% y 40% de los adultos no presentan síntomas al estar infectados, en la población infantil la cifra es mayor.
Martin Hibberd, de London School of Hygiene & Tropical Medicine, citado por The Guardian, refiere que en el caso de los estudiantes de secundaria uno de cada dos podría no presentar signos de la enfermedad, mientras que en los escolares de primaria se considera que siete de cada diez pueden no tener síntomas.
Sandoval indica que este escenario de asintomáticos en las escuelas podría ser “un impulsor clave en la propagación” del covid-19 en el país.
“Hay que recordar que los niños y los adolescentes viven con los padres, con los abuelos, con los cuidadores que son personas que ha estado en resguardados, y que son de riesgo. En este momento estamos con índices de ocupación de áreas críticas elevadas (en hospitales), no tenemos camas de cuidado crítico disponibles como para pensar en que vamos a responder bien ante una oleada de casos”, indica la doctora Nancy Sandoval, presidente de AGEI.
A su criterio sería un “desacierto” el regreso a clases presenciales en este momento en el que de nuevo se marca un incremento de casos de covid-19 en Guatemala. La semana pasada comenzó a reportarse más de mil contagios diarios, lo cual es consecuencia del descuido de las medidas sanitarias por parte de la población durante las fiestas de fin de año.
Por otro lado, pese a que en los últimos días se han hecho mayor cantidad de pruebas -muestran un alza de positividad-, esto no ha sido una práctica sostenida en el tiempo, lo cual impide tener un reporte certero de cuántos casos positivos hay en cada rincón del país, y que esto se vea reflejado en el sistema de alertas y en el color en el que se encuentra cada municipio.
“El tablero y el semáforo covid-19 son estrategias inútiles para el control de la pandemia o de la epidemia local en Guatemala, entonces, ¿en esa estrategia inútil vamos a basar esa decisión tan importante, de que los estudiantes regresen a clases presenciales? Es un cuestionamiento que debemos hacernos, por los niños y por las personas con las que se relacionan, ¡eso preocupa!”, agrega Sandoval.
Al tomar en consideración que hay establecimientos que no cumplen con las recomendaciones para que haya distanciamiento físico en las aulas, que no tienen ventilación natural suficiente, que es un reto que los niños mantengan puesta la mascarilla de manera correcta durante un largo período de tiempo y que para comer deben retirarla, la infectóloga considera que no es el momento propicio para un retorno seguro a las aulas.
Panorama incierto
La suspensión de clases presenciales ha tenido efectos negativos sobre el proceso de aprendizaje de los escolares, especialmente en el sector público donde el acceso a internet es limitado y las clases en línea no son opción.
Un informe de la ex Comisión Presidencial de Emergencia a la Emergencia Covid-19 (Coprecovid) señala que la interrupción del ciclo escolar afectó el psicodesarrollo de los estudiantes, además aumentó la deserción escolar hasta un 15%, mientras que las competencias en Matemática y Lectura disminuyeron un 30%.
Otro año más en dichas condiciones sería perjudicial para los niños y adolescentes, sin embargo, las condiciones para que vuelvan a un ambiente seguro dentro de los centros educativos no se ve claro.
Para pensar en que las clases presenciales se reanuden es prioritario que la epidemia sea controlada. Si bien la vacuna contra el covid-19 podría ayudar, en Guatemala no se tiene certeza de cuál será ni cuándo se podría comenzar a inmunizar a la población.
El Plan Estratégico Nacional de Vacunación elaborado por el Comité Nacional de Coordinación para Vacunación Contra el Covid-19 ya definió los grupos de la población en orden de prioridad para ser inmunizados, y los maestros no están en el primer grupo, estos se ubican en la tercera fase de la inmunización. Pero si aún estuvieran dentro del primer grupo a vacunar, el nivel de inmunidad necesario lo alcanzarían hasta que reciban la segunda dosis, y no será inmediato, deberán pasar dos o tres semanas para lograrlo. Así que por ahora no es seguro que los estudiantes vuelvan a las aulas.