“Nuestros oficiales de Policía deben ser guardianes y no guerreros”
La alcaldesa de Atlanta anuncia que habrá reformas a la Policía luego de la muerte de Rayshard Brooks.
La alcaldesa de Atlanta ordenó ayer reformas inmediatas a la Policía tras la muerte de un hombre negro a manos de un policía blanco en esa ciudad, hecho que atizó aún más en Estados Unidos el escándalo y la indignación provocados por el caso de George Floyd.
“Nuestros oficiales de Policía deben ser guardianes y no guerreros en nuestras comunidades”, dijo Keisha Lance Bottoms, alcaldesa de Atlanta, en conferencia de prensa.
Rayshard Brooks, un afroestadounidense de 27 años, murió el viernes en el estacionamiento de un restaurante de comida rápida en Atlanta por disparos de un policía blanco.
Bottoms calificó el caso como un “asesinato” y dijo que “no debería haber terminado de esa manera”. “Me enfureció y me entristeció de una manera que excede a las palabras”, dijo la alcaldesa.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se refirió ayer al caso por primera vez. “Es muy perturbador”, dijo Trump, quien anunció que hoy dará a conocer una reforma policial. La orden ejecutiva que Trump firmará hoy alienta a llevar adelante las “mejores prácticas” en las fuerzas policiales, pero también incluirá cambios en el sistema judicial. “Será sobre la ley y el orden, pero también sobre la justicia y la seguridad”, agregó.
La muerte de Brooks desencadenó nuevas protestas contra el racismo y la brutalidad policial en Estados Unidos, ya convulsionado por la muerte de Floyd, un afroestadounidense que falleció el 25 de mayo asfixiado por un policía blanco en Minneapolis.
Ese caso inició una ola de manifestaciones contra el racismo sistémico en todo el país, numerosos llamados a una reforma policial profunda, y también ha enardecido el debate sobre la permanencia de símbolos y estatuas que remiten al pasado esclavista.
La fiscalía del estado de Georgia informó que está considerando inculpar a Garrett Rolfe, el oficial responsable del tiroteo, quien fue despedido. “Si ese disparo se realizó por alguna razón distinta a salvar la vida de un oficial o prevenir un daño hacia él mismo o a terceros, entonces el tiroteo no se justifica legalmente”, dijo el fiscal Paul Howard.
Stacey Abrams, excandidata demócrata a la gobernación de Georgia considerada como posible compañera de fórmula del demócrata Joe Biden en la presidencial de noviembre, dijo también que la muerte de Brooks fue un “asesinato”.
Según un informe oficial, Brooks había estado durmiendo en su automóvil afuera de un restaurante Wendy’s, y los empleados llamaron a la Policía para quejarse de que estaba bloqueando a clientes.
La prueba de alcoholemia mostró que había bebido, y cuando la Policía intentó arrestarlo se resistió y comenzó una refriega. Brooks, se apoderó de la pistola Taser (arma inmovilizadora) de uno de los oficiales y escapó. La autopsia indicó que Brooks falleció de dos tiros en la espalda.
